[Foto de mi viaje a Darjeeling, en las laderas del Himalaya, en 2008]
Os dejo aquí algunas reflexiones sobre lo material que escribí hace unos años
– El problema no está en tener cosas ni en disfrutarlas. Es sano disfrutar lo que se tiene. El problema aparece cuando se genera dependencia de lo que tenemos y nos sentimos identificados. Si me define lo que me rodea, entonces ¿quién soy en realidad?
– No soy mi casa, ni mi trabajo, ni lo que tengo. Ni siquiera soy quienes me rodean.
– Tengo tanto que no consigo disfrutarlo.
– Mi felicidad no debería depender de lo que tenga ni de lo que me gustaría tener. Mientras tenga, lo disfrutaré y, cuando deje de tener, no debería ser más infeliz que cuando tenía.