Reflexiones personales

Desde muy niña me ha gustado cuestionármelo todo. La curiosidad me ha llevado a seguir haciéndome preguntas toda la vida. Me gusta observar qué pasa cuando empujo mis límites y también observar cómo las personas razonan y deciden. Suelo preguntarme qué sienten y qué hace que sintamos una cosa u otra. La autoobservación siempre es el punto de partida y después observar a los demás e incluso preguntar para entender.

Quizás de ahí venga mi pasión por tener conversaciones muy personales. Me gusta estar presente para otros y ver si, todas las vueltas que he dado durante toda la vida a tantas cosas, puede ser útil para alguien más.

En esta parte comparto reflexiones que me han “caído” literalmente en momentos de quietud, normalmente viajando o sintiéndome bastante en paz conmigo misma. La mayoría de las reflexiones de aquí pueden ser obviedades para mucha gente. Para mí han sido casi revelaciones con lo que necesitaba en ese momento preciso. Muchas veces, el camino que me ha llevado a ellas no ha sido fácil: días de silencio absoluto en meditación, días de ayuno, de retiro. Cuando paro un poco la maquinaria y dejo espacio para que lo verdaderamente relevante se revele, de pronto sucede y vienen estos pensamientos.

Aquí comparto algunos.

Mi cumpleaños suele ser momento de reflexión también. Me gusta hacer balance del año y tomar perspectiva. Escribo porque me gusta y para poder observar mis propios procesos conectando con mi “yo” de hace años desde una perspectiva distinta.