Estoy en un momento de conexión y paz interior a pesar de la incertidumbre y los cambios a la vuelta de la esquina, de los proyectos que se terminan y de no tener certeza ni visibilidad de mi futuro más inmediato. No siento la necesidad de controlar el futuro porque sé que en este momento estoy donde tengo que estar haciendo lo que siento que debo hacer. Quizás tener las ideas claras me da serenidad: He reflexionado sobre varios temas y he interiorizado un aprendizaje que me gustaría compartir más abajo.
He conectado con unas verdades que llevaba en algún lugar profundo y que han aflorado con fuerza. He explorado aquello que se hace incómodo y que es necesario afrontar para sentirnos verdaderamente en paz. Y he llegado a esta conclusión:
“Solo a través de la asertividad empática podré sentirme en paz. El buenismo está sobrevalorado.”
Os pido estos REGALOS de cumpleaños:
1. Algo para mí.
Me encantaría leer vuestra opinión sobre las reflexiones que comparto más abajo porque seguro que me inspiran para seguir avanzando.
2. Algo para ti.
Os regalo mi aprendizaje por si a alguien le resulta útil.
3. Algo para los demás.
Fundación Acción por la Música se ha volcado en el rescate de familias tras la pandemia y ofrece ayuda con alimentación, apoyo escolar y psicológico. Soy vicepresidenta y miembro del patronato desde que se constituyó. Os cuento más aquí. No es solo un donativo sino vuestro apoyo para que alcance su máximo potencial.
Comparto MI APRENDIZAJE
(en cuatro ideas que desarrollaré en las siguientes semanas)
ASERTIVIDAD EMPÁTICA.
Aprender a poner límites y defender lo que legítimamente me corresponde, a decir lo que necesito verbalizar y a hacerlo de la forma más empática y respetuosa posible entendiendo que empatizar no significa aceptar ni claudicar, sino simplemente comprender las motivaciones de los demás sin tomarlo como algo personal.
EL RESPETO HACIA LOS DEMÁS Y HACIA MÍ MISMA.
Al poner límites, estoy siendo respetuosa conmigo y mis necesidades, ya que nunca pretendo algo que no considere legítimo y razonable. Cuando pongo límites, también estoy ayudando a la otra persona a ser respetuosa y a reflexionar y, de paso, también a quienes en el futuro interactuarán con esa persona, contribuyendo a que su relación sea más equilibrada. Me lo debo y se lo debo aunque a veces resulte más fácil claudicar que poner límites.
LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA.
Cuántas veces queremos asumir más responsabilidad de la que nos corresponde y hablamos de nuestra “culpa”. Y cuántas veces queremos diluir nuestra responsabilidad culpando a otros. Al final se trata de discernir hasta qué punto las decisiones y sus resultados son mi responsabilidad y a partir de dónde son responsabilidad de otra persona. Una línea muy delgada y necesaria para mantener un equilibrio en la relación con los demás y con nosotros mismos.
DEJAR DE EVITAR AQUELLO QUE SE ME HACE INCÓMODO.
Hay verdades y realidades que tenemos delante y que no queremos ver porque nos obligan a tomar decisiones que a veces no son fáciles. Tanto en lo personal como en lo profesional, la inacción también es una decisión. La decisión de no evitar me lleva de regreso al primer punto de asertividad empática.
Doy las gracias a todas las personas que me han hecho reflexionar a lo largo del año, porque me han ayudado a crecer como persona. Espero seguir compartiendo reflexiones y aventuras en este año nuevo que empieza para mí.