Hola!
Como regalo de Navidad me encantaría compartir tres “cuentos de Navidad” y pediros que, por favor, me contéis los vuestros!
Hay algunas historias que son pequeños milagros en las que hemos participado todos. Ahora, cuando se acerca la Navidad y podemos ver los resultados, se convierten en el mejor regalo. Aquí van los que yo he recibido…
1. La historia de Josefina y su perrita
No sé mucho de ella, sólo que vivía en la calle cuando la conocí. Era viernes y hacía mucho frío. Salí de una reunión en el HUB y ya me iba a casa, después de una dura semana. En la parada del autobús una mujer se preparaba para tumbarse en el banquito y dormir.
Me llamó tanto la atención que no pude evitar acercarme y ponerme a hablar con ella. Josefina era su nombre, llevaba 3 meses en la calle junto con su perrita. Estaba tramitando una pensión pero le quedaban meses para conseguirla.
Ese día no hablé más, pero no conseguí quitármela de la cabeza. Tan educada, tan elegante, viviendo en una parada de autobús en mitad del Paseo del Prado, rodeada de gente, tan fuera de lugar…
Una semana después volví a pasar por su lado. Josefina dormía. Me acerqué para dejarle unas monedas y se despertó. Estuvimos hablando. Esa noche no había cenado. Hacía un frío y una humedad terribles. Yo iba con un amigo que se quedó impactado con la historia. Fuimos a comprarle un bocadillo y, al volver, mi amigo decidió que quería hacer algo por ella para que saliera de la calle. Me ofreció un presupuesto para buscarle una pensión.
“En serio? Entonces no voy a tener que pasar la Navidad en la calle?” Le brillaban los ojos con tanta felicidad que hasta su perrita daba saltos alrededor de nosotros.
Después de muchas llamadas, búsqueda de pensión y habitación, lugares completos, sitios carísimos que se aprovechan de las circunstancias de quien no tiene nada, la propia Josefina encontró una pensión en la que, por el presupuesto asignado, podría quedarse un mes.
Y ahí está… al menos durante un mes. Un mes menos de frío, unas Navidades bajo techo.
Me encantaría decir que la vida de Josefina está resuelta pero, por desgracia, su cuento de Navidad apenas llega hasta el 15 de enero… Esperamos que en este tiempo pueda resolver sus papeles de la pensión y arreglar cualquier tema que pudiera tener pendiente.
- 2. Mantas solidarias
Este es un cuento de todo lo que se puede conseguir compartiendo una historia. Salva, una gran persona que vive en la calle, y yo fuimos al programa Un Granito de Arena de Intereconomía y, desde allí lanzaron un reto solidario… el de recoger mantas y sacos de dormir para entregar a personas sin hogar que pasan las noches de invierno durmiendo en la calle y además, invitaron a todo el que quisiera a venir el día 22 de diciembre a repartir esas mantas y sacos por Madrid.
Gracias a esta iniciativa, aunque las noches sigan siendo frías y solitarias, quizás lo sean un poquito menos para todas las personas que encontramos en nuestro recorrido a las que entregamos mantas y sacos de dormir.
Llovía y hacía frío y aun así, se presentó un grupo enorme de gente dispuestísima a mojarse para repartir mantas y sonrisas. Cuánta ternura en cada entrega, cuánta ilusión. Lo hacían en su nombre y en el de todos los que mandaron mantas y sacos y no pudieron salir a repartirlos. También en el nombre de quienes vieron el programa, de quienes se sensibilizaron al escuchar las palabras de Salva contando su historia de cómo terminó en la calle. Y, ese día, durante un ratito, los dos mundos, el de los que viven en la calle sin un hogar y el de los afortunados que sí tenemos un lugar al que ir cada noche, se fundieron en uno, el de la solidaridad, la esperanza, la sonrisa; el de los momentos compartidos, algún que otro villancico, el de conocerse… Ojalá hayamos ayudado a acercar un poquito esos dos mundos y que se cierre ese abismo invisible que parece separarnos.
Me conmovió especialmente la historia de un señor que venía conmigo repartiendo mantas. Ni siquiera sé su nombre, pero sí la historia que traía junto con sus mantas. Al preguntarle si le estaba gustando la experiencia se emocionó y rompió a llorar. Estaba conmovido, emocionado por lo que estaba viviendo.
Entonces me contó que su mujer, Hortensia, había muerto hacía 3 meses y que a ella le habría encantado acompañarle en nuestro recorrido. “No la vemos, pero claro que nos acompaña. Hoy estamos repartiendo mantas con ella”, le dije.
La siguiente manta que entregamos, a una chica llamada Rosa en la Plaza Mayor, fue en nombre de Hortensia. Rosa nos dijo que se acordaría de Hortensia y que rezaría por ella cada día. Pero también, con esa sabiduría tan particular que da la calle nos miró y dijo “bueno, al final todos vamos al mismo sitio, no? Por eso hay que disfrutar la vida”. Pues sí, efectivamente, Hortensia no está sola. Menuda lección de vida, pues eso, a disfrutarla!
Este es el segundo cuento de Navidad. El de aquellos que recibieron las mantas y el de los que las enviaron y las entregaron. Es el cuento de Rosa, cuya historia queda ligada a través de un saco de dormir a la de Hortensia, esa esposa que ya no está, y a la de su marido. Y el de muchas rosas y hortensias que van dejando su huella en el mundo y nos van enseñando lo importante que es ser felices y hacer felices a los demás.
Nota: el programa de Un Granito de Arena está en www.intereconomia.com/programa/granito-arena/programa-integro-del-5-diciembre-2010. Y el reportaje sobre las personas sin hogar en http://www.youtube.com/watch?v=TuyyzrYgmBM
- 3. Reconstruyendo casas en Leh, India
Os acordáis de la aventura del verano con Rebeca por Ladakh y Cachemira? Las inundaciones, los cientos de muertos, heridos, huérfanos, familias sin casa… Recordáis que teníamos un reto solidario, también con Justina, para ayudar a estas familias? (por cierto, el reto sigue abierto en www.retosolidario.org/reto.php?id=3207).
Pues gracias a vuestra ayuda, hace unos meses se empezó a reconstruir la casa de la familia de Tsering Dolker. Hace unos días me llegaron unas fotos de la obra. Impresionante, donde este verano sólo había destrucción y escombros, empiezan a aparecer habitaciones y algo parecido a una casa.
La familia ya está viviendo de nuevo en su casa, aunque todavía está a medio reconstruir. Desde hace un mes han parado la obra externa, porque están a -15ºC o más y es imposible trabajar. Están aprovechando para rehacer el interior y continuarán con el resto a partir de marzo.
Con los fondos que se recaudaron nos va a dar para reconstruir una segunda vivienda.
Este es el tercer cuento de Navidad… gracias a vuestras aportaciones, esta familia pasará las Fiestas en su casa y, con un poco de suerte, habrá otra más que también podrá hacerlo pronto.
Muchas gracias a todos por ser parte de estos CUENTOS DE NAVIDAD y por haberle cambiado la vida a tantas personas con vuestra ayuda.
Ahora me encantaría que compartierais vuestros cuentos de Navidad conmigo. Os animáis?
Un beso a todos, Feliz Navidad y que en el 2011, entre todos, hagamos que muchos sueños se sigan haciendo realidad!