¡Hola a todos!

Un año más vengo con reflexiones y con una invitación. ¿Nos tomamos algo este viernes 29 en el restaurante El Viejo Chamartín? Está en General Yagüe 6. Así nos ponemos al día.

Quiero empezar pidiendo perdón por haber estado poco comunicativa este año y me gustaría, sin entrar en detalles, contar por qué. Hasta que no han pasado me cuesta mucho compartir los momentos difíciles y éste ha sido un año en parte maravilloso y en parte durísimo. He tenido muchísimos momentos increíbles con mi hija Sofía, con mi familia, con las personas de Loom House y con muchos amigos que me han estado apoyando y también he tenido muchos, muchísimos momentos muy duros de pasar por experiencias que jamás imaginé que viviría y que han desembocado en un juicio.

Hace unos meses una abogada me dijo al escuchar mi historia: “nunca te aquietes ante la injusticia”. Esta frase caló muy hondo en mí. Entendí que no puedo claudicar ante el miedo y la vergüenza, que mi silencio me hace cómplice de quien me hace daño y que si no pongo límites estaré perpetuando mi propio terror.

También entendí que decir “basta”, incluso si es en forma de demanda y proceso judicial, puede ser una de las mayores muestras de amor hacia quien más quiero. El amor por mi hija y el apoyo de mi familia y amigos me dieron la fuerza y el coraje para iniciar un proceso judicial y para no ceder más al qué dirán ni a ese falso mundo de escaparate y de palabras vacías.

Llegar a un juicio, con toda la dureza que supone, ha sido el último recurso por encontrar paz después de haberlo intentado todo. Un juicio que pone fin al miedo y que me ha hecho pasar página y recuperar mi parte más serena y genuina. Dejo atrás el dolor y me quedo con la sabiduría de lo aprendido. Con toda esta experiencia miro hacia adelante con mucha fuerza y amor intuyendo todo lo positivo que me espera.

Además de esta parte más íntima mi año ha estado repleto de proyectos apasionantes en lo profesional y en lo personal. He disfrutado muchísimo viendo a Sofía crecer cada día y me he sentido más cerca que nunca de mi familia. Los momentos duros me han ayudado a conectar con una parte de mí que apenas conocía por un lado frágil y vulnerable y, por otro, valiente y decidida. Casi diría que el balance es positivo, no porque el camino haya sido placentero, sino porque el resultado lo es.

Como soy persona de costumbres, termino haciendo mis tres peticiones de cumpleaños que nos unan y nos ayuden a profundizar en nuestra amistad:

1. Algo para mí y que de verdad necesito: retomar contacto, socializar, charlar y sentir la conexión profunda con vosotros. Mi regalo es que nos veamos, que charlemos, que salgamos a cenar de vez en cuando, que pasemos tiempo de calidad juntos.
2. Algo sobre ti que me ayude a conocerte mejor: quiero preguntaros por vuestras preguntas. “¿Qué preguntas te sueles hacer que te importen?” Puedes responderme por email o mensaje privado.
3. Algo para los demás: salvar a varias familias. He creado un reto solidario para apoyar a varias familias de Lamu que están en situación de emergencia. La explicación está en este enlace: http://www.ihelp.org.es/es/challenge/cumpleaños-paula-almansa-2017

Quiero que compartamos la alegría de cambiar vidas. Quiero que esas familias salgan de esa situación de pobreza extrema y no puedo hacerlo sola. ¿Me ayudáis?

No hace falta decir que estáis todos invitados a visitarnos en Loom House (www.loomhouse.es), proponer e involucraros en proyectos que cambien el mundo.

Un gran beso y espero seguir compartiendo un año más.

Paula